Niño tras un cristal.
Al caer la tarde, absorto
Tras el cristal, el niño mira
Llover. La luz que se ha encendido
En un farol contrasta
La lluvia blanca con el aire oscuro.
La habitación a solas
Le envuelve tibiamente,
Y el visillo, velando
Sobre el cristal, como una nube,
Le susurra lunar encantamiento.
El colegio se aleja. Es ahora
La tregua, con el libro
De historias y de estampas
Bajo la lámpara, la noche,
El sueño, las horas sin medida.
Vive en el seno de su fuerza tierna,
Todavía sin deseo, sin memoria,
El niño, y sin presagio
Que afuera el tiempo aguarda
Con la vida, al acecho.
En su sombra ya se forma la perla.
Es un poema descriptivo de un niño recogido en su habitación que a solas ve cómo anochece mientras se entretiene con un libro.
Según
el contenido podemos establecer las siguientes partes:
1ª,
2ª y 3ª estrofas. Descripción del momento y el lugar en el que se
encuentra el niño: está en su habitación mirando cómo se hace de noche y llueve. Acabó su jornada escolar y se entretiene
viendo un libro.
4ª
estrofa y verso final: el poeta resalta el momento de
la inocencia del niño, que está a punto de hacerse mayor.
El
poeta recuerda el momento previo a la superación de la infancia de un niño, que puede ser él mismo. Así lo
describe solo, en su habitación, al anochecer, después
de haber venido del colegio, leyendo y entreteniéndose con un libro,
imaginando sus fantasías. En ese estado aún está en el mundo de la
infancia donde aún no hay experiencias determinantes, no hay anhelos
ni envidias. Y resalta esos momentos de paz antes de que el tiempo lo lleve a la vida real.
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